Roma

Fue un viaje en el cual mezclamos cultura (visitas a monumentos, museos e iglesias) y diversión (pasear por una ciudad desconocida a nuestro aire, estar con nuestros amigos). Aunque  muy cansados ya que nos pasamos todo el día de  un lugar a otro., ese esfuerzo se vio recompensado ya que Roma es una ciudad única.

Salimos el día 15 desde el aeropuerto de Santiago y después de dos horas de vuelo llegamos al aeropuerto de Ciampino. Cuando todos teníamos nuestro equipaje nos fuimos hacia el bus que nos estaba esperando en el aparcamiento. Durante el pequeño trayecto hasta  el hotel pudimos apreciar numerosas ruinas de palacios, acueductos etc...  y darnos cuenta de que ya no estábamos en Ourense …. ¡Estábamos en Roma! Nuestra aventura no acababa más que empezar. Al bajarnos del bus quedamos asombrados con las ruinas de la antigua muralla de la ciudad, ya que el hotel estaba delante de una de las puertas de ésta, La Porta Maiore. Después de dejar nuestro equipaje comenzamos a visitar la ciudad. Ya era de noche, con las calles iluminadas, pero nosotros salimos a visitar la ciudad. Primero vimos La Fontana de Trevi uno de los monumentos más conocidos y visitados, después llegamos a Plaza España y tuvimos tiempo libre para comer y visitar lo que quisiésemos. Volvimos a nuestro hotel y durante ese trayecto pasamos junto a  numerosos palacios, uno de ellos la residencia oficial del 1º ministro Italiano.  Al llegar  al hotel, nos fuimos a descansar.                                                                                                  

Segundo día: siete de la mañana, aún con las sábanas pegadas, madrugamos para poder ir a visitar la ciudad del Vaticano. Nos vestimos, bajamos al comedor, tomamos un buen desayuno para coger fuerzas, fuimos a la parada del bus que estaba junto al hotel. Algunos compramos agua y otras bebidas para aguantar la jornada ya que hacía mucho calor y ¡sólo eran las nueve de la mañana! Después de todo esto cogimos un bus que nos dejó a escasos metros de la plaza de San Pedro. Al  llegar, nuestro profesor de historia, Jordi,  nos explicó un poco la historia del Vaticano y nos hizo una breve introducción de lo que íbamos a ver en el museo. Después nos sacamos fotos delante de la Basílica de san Pedro y entramos en el museo; vimos numerosas esculturas,  capillas, pinturas, y finalmente… la capilla Sixtina. Algunos compramos souvenirs. A continuación, entramos en la Basílica de San Pedro y visitamos sus catacumbas. Se nos fue la mañana y  nos fuimos a comer y hacer compras para tener un recuerdo de aquella visita en las tiendas y restaurantes próximos, que eran muchos.  Por la tarde visitamos el castillo de Sant´Angelo, paseamos en torno al río Tiber y vimos la embajada de España en el Vaticano, ¡un gran palacio!.

Esa misma tarde estuvimos en la iglesia de San Luis de Los Franceses, en la que contemplamos cuadros de Caravaggio, y cerca de allí el famosísimo Panteón, posiblemente el  monumento que más me gustó e impactó de Roma, por su forma circular. Después seguimos caminando y  llegamos al final de nuestra ruta: la Piazza Navona. Allí cenamos y dimos una vuelta a nuestro aire en esa zona. Sobre las diez salimos y pasamos junto el Coliseo, la columna de Trajano, los foros de Roma, anticipando la visita del día siguiente, y también vimos el monumento a Víctor Manuel: un monumento de 137m de ancho por 70 de altura con majestuosas columnas de mármol blanco y grandes escaleras. Finalmente  llegamos al hotel, una vez ahí jugamos a las cartas y pasamos un rato charlando hasta dormirnos.

Cuarto  día: era nuestro último día en esta ciudad ya que al día siguiente nuestro vuelo salía a la mañana. Pasamos toda la mañana y parte de la tarde en la Vía Appia, donde caminamos mucho y visitamos las catacumbas que nos parecieron  espectaculares y aprovechamos al camino de vuelta, ¡cómo no! para ver unas ruinas más: las termas de Caracalla. Por último nos quedamos en una zona próxima al hotel donde  cenamos más relajados, aunque, ¡cómo no! Aprovechamos para ver el éxtasis de Santa Teresa en una iglesia del barrio.

Ya habían pasado cinco días, nos llevamos con nosotros muchos recuerdos y partimos de vuelta a nuestra ciudad, Ourense.