Érase una vez una niña llamada Hon Yao y otra niña llamada Bo Ci Chan. Eran dos niñas que vivían en un orfanato porque cuando nacieron las abandonaron. Vivían en China, en la provincia de Xiansi. Bo Ci Chan fue adoptada por la familia de una niña llamada Iria y Hon Yao fue adoptada por una familia de una niña llamada Claudia. 
Para recogerlas tenían que hacer un largo viaje hasta China que consistía en ir de Madrid a Helsinki, la capital de Finlandia,  de Helsinki a Shangai y de Shangai a Xiansi  porque en el hotel de Xiansi les entregarían a sus hermanitas.
Claudia e Iria se conocieron porque el avión que tenía que ir de Helsinki a Shangai no pudo despegar por un fallo técnico, por lo que la compañía aérea les invitó a un hotel en Helsinki y les consiguió billetes para ir de Helsinki a Londres y de Londres a Shangai. El  viaje iba a durar trece horas pero como ir a Londres era retroceder fueron en total dieciséis horas. Mientras las familias que iban a Xiansi esperaban por el bus Claudia le preguntó a Iria :
_ ¿Te gustaría vivir una aventura?
_ Sí.
_ A mí también, pero… ¿No te has dado cuenta de que ya la estamos viviendo? Vaya,  mi pregunta trampa la ha fallado alguien.
_ ¿De dónde sacas esas preguntas trampa?
_ De un libro que tengo en Málaga.
Las nuevas amigas se empezaron a hacer preguntas en el autobús, mientras iban al hotel de Helsinki. Iria le preguntó a Claudia:
_ ¿Por qué te pareces tanto a las niñas chinas? y Claudia contestó: _ Porque yo también soy China y adoptada.
Cuando llegaron al hotel conocieron a otra niña llamada Silvia que era española,  dejaron las maletas, se fueron a cenar y después a dormir.
Se levantaron a las cinco porque el vuelo de Helsinki a Londres salía del aeropuerto a las siete. Llegaron al aeropuerto, facturaron las maletas, etc. Después subieron al avión y el vuelo duró 2 horas hasta Londres. En Londres se cansaron de esperar y ¡al fin! subieron al avión que las llevó a Shangai. El vuelo duró 12 horas, por lo que aprovecharon para jugar, comer, charlar, dormir…¡Bien, bien, bien!, ya  estaban en China, muertas de cansancio.
En Shangai les esperaban dos simpáticas guías Chinas que se llamaban: Berta y Susana. Último avión con destino a Xiansi. ¡Preparados para el despegue!, ¿Qué pasa, qué pasa? Este trasto no se mueve. Se oye una voz que dice en Chino y en Inglés, algo así como “Desalojen el avión”. Iria pregunta a las guías: ¿Por qué tenemos que bajar?, ¿Cómo haremos entonces para llegar a Xiansi?
Estuvieron en Shangai, rodeados de Chinos, sin entender nada y agotadas, encerradas en este aeropuerto y con las pitufas esperándolas en el hotel. Después de 5 horas despegaron sin ningún problema, aunque llovía mucho.
Después de dos días de viaje desde Ourense, consiguieron llegar al hotel de Xiansi a las 9 de la noche y ¡Qué emoción, nervios, alegría! les entregaron a sus hermanitas, como tenían mucha hambre, les dieron de cenar a las niñas y las acostaron. Ahora empieza la auténtica aventura de las protagonistas porque ¡al fin! Ya son hermanas mayores.
Para los lectores que quieran saber más sobre esta historia, deciros que Bo Ci Chan es como se llama mi hermana en Chino y el nombre que le hemos puesto es Sabela.
Así finalizó mi viaje de ida a China y la recogida de mi hermana.
Autora: Iria

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